Los secretarios generales de CCOO y UGT, Ignacio Fernández Toxo y Cándido Méndez, participaron ayer en múltiples actos. | Maria Nadal

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Los secretarios generales de CCOO y UGT, Ignacio Fernández Toxo y Cándido Méndez, no han escatimado en descalificativos en su último acto público antes de la huelga general al hablar de las llamadas al diálogo realizadas en las últimas horas por el Gobierno, una «táctica» que consideraron «oportunista» e incluso «burda», al tiempo que replicaron al Ejecutivo que no retomarán el diálogo social si no rectifica sus políticas económicas.

En una rueda de prensa, ambos líderes sindicales rechazaron así tanto la oferta de diálogo realizada por el jefe del Ejecutivo, José Luis Rodríguez Zapatero, en Zaragoza, como la cita a la que les había convocado para el martes la ministra de Economía y Hacienda, Elena Salgado, para hablar del proyecto de Ley de Presupuestos para 2011, al considerar que es «una tomadura de pelo» en vísperas de la huelga general. Calificaron la reunión como una «maniobra de manipulación del Ministerio de Economía». Por su parte, Salgado eludió polemizar con los sindicatos por su decisión de no acudir al encuentro y les ha ofrecido otra reunión «cuando ellos quieran».

Plantón

Preguntados por este último desencuentro, Toxo ha asegurado que el «plantón» lo ha dado el Gobierno a los sindicatos al no convocarles a una reunión consultiva antes de haber aprobado los Presupuestos en Consejo de Ministros como, ha recordado, establece la regulación parlamentaria. Así, el líder de CCOO ha tachado la convocatoria de hoy de «paripé». «Han caído en la cuenta (de que debían reunirse con los sindicatos) después de que lo denunciamos y deprisa y corriendo han querido montarlo. No, hombre no, después de la huelga, después de cambiar de actitud, nos sentamos todo el tiempo que haga falta», ha puntualizado.

Méndez ha afirmado que este anuncio es «un mero gesto simbólico». «La lectura más inmediata es que puede ser una táctica oportunista y si la conectas con el llamamiento al diálogo de Zapatero queda algo como un poco burdo», ha añadido antes de apostillar que «el Gobierno tiene que rectificar en profundidad».

Así pues, los sindicatos no están dispuestos a sentarse a dialogar con patronal y Gobierno si antes no hay una vuelta al carril de la izquierda de las políticas del Gobierno. Según Méndez, «la credibilidad del Gobierno en materia de diálogo social está en entredicho» tras la aprobación de su reforma laboral.