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El presidente de la Generalitat, José Montilla, advirtió a José Luis Rodríguez Zapatero que para superar el recorte del Estatut deberá rehacerse el pacto político que hizo posible el Estatut en 2006 con el objetivo de «superar las consecuencias políticas y jurídicas de la sentencia». Montilla cargó contra el Tribunal Constitucional, del que dijo «está desacreditado y moralmente deslegitimado», tras cuatro años para pronunciarse sobre el texto. Subrayó que «ninguno de los aspectos más fundamentales (del Estatut) ha sido anulado», por lo que el PP no ha visto cumplidos sus objetivos. Montilla remarcó que Cataluña «es una nación» y consideró que «ningún tribunal puede jugar con los sentimientos ni con la voluntad» de los catalanes y les pidió que «hagan sentir su voz y que «respondan a las propuestas de manifestación» que ya se están preparando desde los partidos y la sociedad civil, pero siempre de forma pacífica.
El presidente de CiU, Artur Mas, ha llamado a los catalanes a «salir a la calle» y manifestarse a favor del derecho a decidir de Catalunya, sumándose así a la petición del president de la Generalitat, José Montilla, en respuesta a la sentencia del TC. Mas dijo que el alto tribunal ha tocado «el núcleo duro y la columna vertebral» del Estatut, por lo que apeló a una «respuesta contundente» de los ciudadanos. Mas repartió culpas entre PSOE y Partido Popular por el pronunciamiento de un tribunal, el Constitucional, que a su juicio está «mediatizado por parte de los dos grandes partidos estatales» y «no tiene legitimidad, aunque sí le ampara la legalidad».
El presidente de ERC, Joan Puigcercós, cree que la sentencia ha supuesto una «estocada mortal» al texto que evidencia que la voluntad de una parte significativa de la ciudadanía «no cabe en la Constitución», lo que provocará que crezca el número de convencidos de que el Estado propio para Catalunya es el único camino. Aseguró que la decisión «modifica» los términos del pacto político y autonómico, por lo que queda «claro» que la independencia es el único camino «realista y viable». El líder de ERC invitó a todas las fuerzas del catalanismo -partidos y sociedad civil- a organizar una respuesta «unitaria, serena y contundente».

El secretario general de ICV, Joan Herrera, llamó a la cohesión política y a la movilización ciudadana frente a la sentencia del Tribunal Constitucional «más ilegítimo de la historia» que ha jugado a hacer política y rompe una norma votada por el pueblo catalán. Criticó la estrategia del PP por intentar abrir una brecha en el país fomentando el anticatalanismo a través de la instrumentalización del TC. Herrera reclamó una respuesta «firme y unánime» de políticos y ciudadanos, ya que la sentencia suscita un «problema democrático grave».

El ex presidente de la Generalitat Jordi Pujol alertó de que la sentencia representa una ruptura del consenso constitucional y la cancelación de un proyecto global español, y pidió que la reacción al dictamen conlleve la movilización de todos los activos de Catalunya, evitando que sea una respuesta «espasmódica». Lamentó que el TC haya actuado de forma «caótica y basta», influido por la presión de los partidos políticos españoles.