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Por tercer trimestre consecutivo la economía española pierde fuelle a causa de la peor crisis del último medio siglo. Según el dato adelantado ayer por el Instituto Nacional de Estadística, el Producto Interior Bruto (PIB), aunque frena su ritmo de desplome al 1% en el segundo trimestre frente al primer cuarto del año, registra su mayor caída interanual desde que España entró en recesión a finales de 2008 con un desplome del 4'1%.

La razón de que España sea incapaz de secundar el repunte de Alemania y Francia, que lograron cambiar de tendencia y crecer un 0'3% entre abril y junio con respecto a los tres primeros meses de 2009, sigue siendo la debilidad del consumo de las familias, atenazadas por el mayor ajuste del mercado laboral español frente a sus socios de la eurozona.

Tras conocer este dato, la vicepresidenta segunda y ministra de Economía, Elena Salgado, ha defendido que hay que ser «razonablemente» optimista sobre el futuro. En su opinión, se ha desacelerado el ritmo de desplome «y España puede estar ya en un momento de estabilización, que precederá a la recuperación».

Sobre las diferencias con las dos principales potencias europeas, Salgado incidió en que hay que tener en cuenta que España comenzó la contracción de su economía más tarde que Francia y Alemania, por lo que, añadió, «seguramente nuestro crecimiento también se retrasará algún trimestre».

De hecho, desde su departamento se afirma que «en términos interanuales, España acredita unos datos económicos más positivos que la mayoría de las grandes economías europeas, a excepción de Francia».

Desde la patronal, la CEOE ha asegurado que la persistente contracción económica «hace aún más necesarias y urgentes las medidas de reactivación y las políticas activas de empleo que venimos solicitando hace tiempo».

Para los empresarios, estos datos «corroboran la situación de grave recesión de la economía con la consiguiente destrucción de empleo».