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MADRID. EFE. La banda terrorista ETA ha asesinado en sus cincuenta años de historia a 206 guardias civiles, incluidos los dos fallecidos hoy en Palma de Mallorca. Este atentado se produce un día después del perpetrado ayer por ETA contra la casa cuartel de Burgos, con una furgoneta bomba, con el que la banda pretendía causar una masacre y que produjo heridas leves a más de 60 personas.


El atentado de hoy, el primero que ocurre en Mallorca, ha sido realizado un día antes de la fecha en que se cumplen cincuenta años del nacimiento la banda terrorista.

Este es el noveno atentado de ETA en este año y eleva a tres el número de víctimas mortales causadas por el grupo terrorista.
El anterior atentado mortal se produjo el pasado 19 de junio cuando una bomba lapa provocó la muerte del policía nacional Eduardo Antonio Puelles, en Arrigoriaga (Vizcaya).

Juan Manuel Piñuel Villalón fue el último guardia civil asesinado por ETA, el 14 de mayo de 2008 en Legutiano (Alava). En ese atentado con coche-bomba resultaron además cuatro personas heridas, una grave y tres leves.

Los años 1980 y 1979 han sido los que registraron un mayor número de muertes en la Guardia Civil a consecuencia del terrorismo de ETA. En 1980 perecieron treinta y un miembros del Cuerpo y en 1979 fueron 23 los guardias asesinados.

En 1986 murieron veintidós guardias civiles, todos ellos en acciones de ETA, que perpetró dos de los atentados más sangrientos de su historia contra este cuerpo mediante la explosión de dos coches-bomba en Madrid el 25 de abril y el 14 de julio.

El 25 de abril fallecieron cinco guardias civiles y otros cuatro resultaron heridos, al explotar un coche bomba en la calle Juan Bravo, de Madrid, al paso de un vehículo de la Benemérita.

El 14 de julio de ese año ETA cometió su atentado más sangriento contra la Guardia Civil al asesinar a 12 guardias y causar heridas a otras 40 personas en la plaza de la República Dominicana, en Madrid.

El 11 de diciembre de 1987 ETA llevó a cabo otra grave acción terrorista contra la Guardia Civil, al explosionar un coche bomba contra la casa cuartel de Zaragoza y causar la muerte de 11 personas, entre ellas tres miembros de la Benemérita.

Otra acción similar tuvo lugar contra la casa cuartel en Vich (Barcelona) en 1991, que causó nueve muertos, dos de ellos agentes.