Zapatero y Rajoy hablaron del incidente aéreo del Falcon en Togo.

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La crisis económica sigue haciendo estragos en las distintas capas sociales en España. Dos estudios hechos públicos ayer constatan, por un lado, que en España hubo menos ricos (personas con fortunas de más de 700.000 euros) en 2008 respecto 2007; y, por el otro, que cada vez más personas solicitan ayuda «básica» a organizaciones caritativas para poder subsistir. Dos caras opuestas de la misma moneda.

El número de grandes fortunas cayó el año pasado en España el 20,9%, hasta 127.100 individuos, frente a los 160.600 de 2007, lo que, según el Informe Anual sobre la riqueza en el mundo publicado ayer por Merrill Lynch y Capgemini, representa la mayor caída en los trece años de vida de este estudio.

El informe, realizado en 71 países que concentran el 98% del PIB mundial y el 99% de la capitalización bursátil, define como grandes patrimonios aquellos con activos de inversión de al menos un millón de dólares, excluidos la primera vivienda y los bienes consumibles.

En España el descenso del número de ricos ha sido mayor que en el resto del mundo, ya que a nivel mundial este colectivo se ha reducido un 14,9%, hasta 8,6 millones de personas, un descenso que los expertos de Merrill Lynch estiman «probablemente como el mayor desde los años 50».

De este modo, la riqueza total atesorada por los más ricos del planeta ha pasado en un año de 40,7 a 32,8 billones de dólares (29 y 23,4 billones de euros, respectivamente), el menor nivel desde 2005, debido al deterioro de los mercados mundiales en el primer semestre del año y a su posterior «desplome» a partir de septiembre. Pese a todo, España se mantiene entre los doce países con mayor número de grandes patrimonios.

Por otra parte, la crisis ha disparado el número de personas que solicitan ayuda «básica para subsistir», comprar alimentos y evitar perder sus casas, alertó ayer Cáritas, que en 2008 atendió a un 50 por ciento más de personas que en 2007.

En conferencia de prensa, el secretario general de Cáritas, Silverio Agea, detalló que las peticiones de ayuda para alimentos y artículos básicos han aumentado en un 89,6 por ciento respecto a 2007 y las ayudas para hacer frente a alquileres o hipotecas y no perder la vivienda han aumentado en un 65,2 por ciento.

También ha cambiado el perfil de las personas que se acercan a pedir ayuda, ha apuntado Agea, quien ha destacado el aumento de familias jóvenes con niños pequeños, parados recientes que están a punto de perder las prestaciones por desempleo y mujeres solas con cargas familiares.

«También cada vez más se acercan a Cáritas hombres solos sin hogar, separados o divorciados, que están en paro y no pueden afrontar el pago de un hogar donde vivir, y trabajadores autónomos que han tenido que cerrar sus pequeños talleres o comercios a causa de la crisis», explicó.