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EFE-BILBAO El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, impuso anoche la medalla de Oro al Mérito Policial al inspector de la Policía Eduardo Puelles García, asesinado ayer por ETA en su localidad de residencia, Arrigorriaga (Vizcaya). Zapatero y el líder de la oposición y presidente del PP, Mariano Rajoy, permanecieron una media hora en la capilla ardiente, que abandonaron, sin hacer declaraciones, hacia las 20:10 horas y a la que habían llegado por separado después de haber volado juntos en el mismo avión de Madrid a Bilbao.

El presidente del Gobierno, acompañado por el lehendakari, Patxi López, estuvo con la viuda, los dos hijos y más familiares de Eduardo Puelles García durante su estancia en la capilla ardiente. En la ceremonia de la imposición de la medalla, un agente del Cuerpo Nacional de Policía leyó el decreto de concesión de la distinción a Puelles García y a continuación el presidente depositó la medalla sobre el féretro, cubierto con la bandera española, del policía asesinado.

En la capilla ardiente también estaban los máximos responsables de Interior de los Gobiernos central y vasco, Alfredo Pérez Rubalcaba y Rodolfo Ares, respectivamente; el ex lehendakari Juan José Ibarretxe y el presidente del Partido Popular del País Vasco, Antonio Basagoiti, entre otros. Zapatero y Rajoy volaron en un avión militar oficial.

La capilla ardiente por Eduardo Puelles García se cerró ayer a las 21:00 horas, justo después de la salida del presidente del Gobierno y del líder de la oposición, y hoy volverá a abrirse a las 10 de la mañana hasta poco antes del inicio del funeral, a las 13 horas, en la iglesia de San José, situada a una veintena de metros de la subdelegación del Gobierno en Bilbao.

A lo largo de la tarde, pasaron por la capilla ardiente otras personalidades y líderes políticos, como el presidente de Navarra, Miguel Sanz, y los dirigentes del PNV, Iñigo Urkullu, Andoni Ortuzar y Javier Balza, ex consejero del Interior.