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EFE-TRÍPOLI El líder libio, Muamar al Gadafi, recibió ayer al Rey de España ante las ruinas de su antigua residencia en Trípoli, bombardeada por EEUU en 1986, y le mostró los daños causados entonces en el interior del edificio por la aviación estadounidense.

Gadafi, que organizó allí la ceremonia de bienvenida a Libia del Rey, le saludó sonriente con un abrazo, dos besos y un apretón de manos y, después de que un niño le hiciera entrega de un ramo de flores, ambos jefes de Estado escucharon los himnos nacionales en una tribuna delante del monumento que homenajea a la resistencia frente a EEUU: un puño gigante estrujando un avión de combate.

Tras pasar revista a las tropas y saludar al cuerpo diplomático acreditado en Libia, Gadafi invitó a Don Juan Carlos a acceder al interior del edificio en ruinas, que ocupa un lugar destacado dentro del recinto del Cuartel General de Baab Azizia y que el Gobierno libio mantiene sin restaurar como testimonio de los efectos del ataque ordenado hace 23 años por el presidente Ronald Reagan.

El líder libio acompañó al Rey en un recorrido por la planta baja, entre cuyos escombros se muestran también al visitante los restos de un avión de combate estadounidense derribado durante el ataque de 1986, y le invitó a firmar en el libro de visitas.

A continuación, Gadafi mantuvo una primera reunión con el Rey, en la que participó el ministro español de Asuntos Exteriores, antes de acceder al pabellón circular donde se celebró la cena ofrecida en honor del monarca, a la que asistieron los 15 empresarios españoles que acompañan a Don Juan Carlos en este viaje.

El Rey llegó a última hora de la tarde de ayer a Trípoli en su primera visita oficial a Libia, con la que España desea consolidar las inversiones en marcha y ampliar la presencia empresarial en el mercado libio más allá del sector energético.