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El BBVA considera que el precio de la vivienda sufrirá una caída acumulada hasta 2011 de un 25 por ciento en términos nominales (sin contar el IPC), según explicó el director del Servicio de Estudios del banco, José Luis Escrivá. Durante la presentación de la publicación Situación Económica, Escrivá explicó que este abaratamiento de la vivienda se debe a que el banco espera que en 2008 el precio sufra un ligero descenso, que se acentuará en 2009 y 2010, con unas caídas del 5 y del 8 por ciento, respectivamente.

Las previsiones del banco atribuyen la bajada del precio al exceso de oferta, unido a la previsión de una moderación de la inflación, aunque, consideran que a partir de 2011 «no se deben esperar caídas de precios significativas», expectativas que son las que actualmente están moderando la demanda de vivienda. Los responsables del departamento de estudios consideraron «necesaria una reducción de precios para animar la demanda», cuya recuperación dependerá de la evolución de la economía y de los tipos de interés, que calculan podrían quedar en el 1% en la zona euro en la primavera de 2009, dato que podría situar el Euríbor en torno al 2%.

Explicaron que el desajuste entre la oferta y la demanda supone un exceso de vivienda nueva que ronda el millón y que podría alcanzar los 1.400.000 inmuebles, cifra que seguirá aumentando durante 2009, debido a que todavía hay viviendas en construcción, para comenzar a absorberse a partir del primer trimestre de 2010. Los expertos del BBVA consideran «improbable» que la demanda potencial de vivienda se materialice durante los dos próximos años, por lo que prevé que el ajuste significativo entre la oferta y la demanda se extienda entre 4 y 5 años. Según los datos de la entidad, en los tres próximos años se construirán unas 200.000 viviendas anuales.

Debido a esta situación en el mercado de la compraventa inmobiliaria, el servicio de estudios del banco considera que el alquiler gana atractivo entre las opciones para acceder a la vivienda. Así, indica que en el entorno actual de crecimiento de precios nulo o negativo, el alquiler sería la opción más rentable, y que ello además podría acelerar la absorción del stock de vivienda y facilitar la movilidad geográfica con el fin de encontrar un empleo.