Un TEDAX revisa la arena de una duna de la playa de Ris en Noja. Foto:ESTEBAN COBO / EFE

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OTR/PRESS-SANTANDER

ETA quiso hacerse notar ayer en las localidades cántabras de Laredo y Noja. Su particular 'campaña de verano' arrancó con cuatro artefactos de escasa potencia que explotaron a lo largo de la mañana en distintos puntos turísticos y que dejaron escasos daños materiales y una herida leve. Instituciones y fuerzas políticas de la región condenaron enérgicamente esta vuelta a la acción de la banda terrorista, que persiste en sus métodos violentos por primera vez desde que el pasado 4 de julio destrozase un repetidor del Gobierno vasco.

Un comunicante anónimo que dijo hablar en nombre de ETA llamó a los Bomberos de la Diputación Foral de Vizcaya alertó de la colocación de cuatro artefactos explosivos en las playas de Laredo y Noja, y en el campo de golf de esta última localidad. El informador puso plazo a su amenaza y señaló que las explosiones se producirían entre las 12.00 y las 15.00 horas, algo que terminaría confirmándose consecutivamente en los sitios anunciados, desalojados previamente.

Así, la primera bomba hizo explosión en el paseo marítimo de Laredo, justo cuando llegaba a la zona el delegado del Gobierno en Cantabria, Agustín Ibáñez, y sólo provocó daños en la balaustrada. Instantes después, poco antes de la una de la tarde, un segundo artefacto explotó en la playa de Ris de Noja, al que siguió un segundo estallido en Laredo pasadas ya las dos de la tarde que destruyó la caseta de los terroristas. Como había advertido ETA a través de su anuncio, la cuarta de las explosiones tuvo lugar en el campo de golf de Noja. Pese a que ya no parecían quedar más deflagraciones, los artificieros mantuvieron acordonadas las áreas cercanas para revisarlas.

Ninguno de estos sucesos provocó daños materiales de consideración, pero el último de ellos se saldó con una herida leve y una mujer embarazada atendida por un ataque de nervios. La herida sufrió el impacto en su espalda de una piedra que previamente había rebotado contra la pared de una vivienda situada tras el cordón policial.

Condena

Las instituciones locales condenaron sin paliativos las últimas acciones terroristas de ETA, que una vez más vuelve a fijarse en localidades turísticas, en esta ocasión fuera del País Vasco, en la parte oriental de Cantabria. El alcalde de Laredo, Santos Fernández Revolvo, lamentó la «alarma» creada por los terroristas y, preguntado por los posibles efectos negativos de las deflagraciones para la llegada de visitantes, aclaró que «más bien arruinan la imagen de ellos», en alusión a los etarras.

Por su parte, el presidente autonómico, Miguel Revilla, pidió al lehendakari vasco, Juan José Ibarretxe, que «deje sus aventuras ilegales y la ambigüedad» y centre sus esfuerzos en la lucha contra el terrorismo. En la misma línea, el líder del PP de Cantabria, Ignacio Diego, pidió la unión entre socialistas y populares para terminar con «toda expectativa de los separatistas vascos, ya sean los que ponen las bombas o los que ponen los referendos de autodeterminación», mientras que el coordinador regional de IU, Jorge Crespo, mostró su «más enérgica» condena e insistió en que el balance de estos atentados «no debe en ningún momento relajarnos en la lucha contra la violencia terrorista».

El Gobierno vasco advirtió a ETA de que la sociedad vasca no va a permitir a la banda terrorista que decida su futuro político, ya que éste es sólo responsabilidad del «conjunto de personas que vivimos y trabajamos en Euskadi».

En un comunicado, el Ejecutivo condenó los atentados de Laredo y Noja, que «han vuelto a perturbar la convivencia en la sociedad». Además, criticó que estos atentados «siembran la alarma y el terror entre decenas de miles de personas» que se encontraban en las localidades citadas, «donde veranean o residen muchas familias vascas».