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EFE-BILBAO El presidente del PNV, Iñigo Urkullu, anunció ayer que en primavera su partido presentará «un nuevo contrato renovado» con la sociedad vasca y reiteró su voluntad de llegar con Rodríguez Zapatero a un acuerdo que «fije el cauce» en materia de un nuevo ámbito de relación jurídico-político.

En el marco de una Asamblea Nacional que el PNV celebró ayer en Bilbao para analizar los «malos» resultados en las elecciones del pasado domingo, que han supuesto para el partido nacionalista la pérdida de 117.000 votos y un diputado, Urkullu leyó una declaración en la que hizo un ejercicio de autocrítica. Según admitió, el PNV «no ha sabido entender y adaptarse en toda su intensidad» a la evolución de la sociedad vasca, que orienta su voto en función de su compromiso político y también «en función de cada elección, de las circunstancias y de lo que cada uno de los partidos es capaz de transmitir».

Urkullu anunció que la Asamblea Nacional ha decidido iniciar la «concreción» de sus proyectos contemplados en su modelo de país propuesto en las ponencias y documentos programáticos con el compromiso de presentar «un nuevo contrato renovado» con la sociedad, que llevará por nombre «Euskadi 2020». También reiteró su disposición a llegar a un acuerdo con Rodríguez Zapatero «que fije el cauce y siente las bases de futuro para la satisfacción de toda una nueva generación y el conjunto de la sociedad vasca en un nuevo ámbito de relación jurídico-político».

El dirigente nacionalista señaló que no piden a nadie que renuncie a sus ideas, aunque aclaró que tampoco en el PNV «vamos a renunciar a las nuestras».
En su autocrítica en relación al retroceso electoral sufrido, Urkullu aseguró que el PNV «ha tomado buena nota» del mensaje del electorado vasco. La sociedad vasca ha cambiado y «ni en el año 2001 era radicalmente nacionalista», ni ahora «ha pasado a ser no nacionalista vasca», afirmó. Tras señalar que «nadie tiene un mandato de por vida para dirigir esta sociedad», consideró que los ciudadanos «no votan por agradecimiento, sino basándose en expectativas de futuro que se les proporciona en cada elección».

Para el PNV, los vascos «no quieren frentismos ni confrontación» y piden a los partidos «por encima de cualquier otra consideración» claridad de planteamientos y «voluntad de acuerdo político».