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Continúan los encontronazos entre la Conferencia Episcopal Española (CEE) y el Gobierno a raíz de la nota de 'orientación' del voto que hicieron pública esta semana los obispos. El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, volvió a referirse ayer a esta polémica y señaló que «los obispos pueden votar lo que quieran, tampoco hay que ser adivino», para luego lanzar una afirmación que sonó con tono de desafío.

«En democracia el máximo poder no lo tienen los poderosos, el máximo poder lo tienen los ciudadanos», sentenció, y en su discurso también cargó duramente contra el PP y su líder, Mariano Rajoy, al que acusó de estar «tan a la derecha» que resulta imposible creer que está capacitado para gobernar «la pluralidad de esta España tan diversa».

No estaba, en principio, previsto que en su intervención en el Palacio de Congresos de Granada, donde acudió a clausurar la Conferencia Política que este fin de semana celebraron los socialistas andaluces, Zapatero se refiriera a la polémica generada tras la nota de la Conferencia Episcopal. Pero desde las gradas se profirieron gritos sobre el tema y no quiso eludir la cuestión.