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El presidente del Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, pidió ayer ambición a la UE para afrontar los retos del cambio climático, el terrorismo internacional y la inmigración y opinó, «con orgullo y humildad», que el progreso logrado por España ha hecho también avanzar a Europa.

Zapatero, invitado a intervenir ante el pleno del Parlamento Europeo dentro de un debate sobre el futuro de la UE, defendió el europeísmo de España, un país que debe mucho a Europa y que ahora, dijo, pude servir de ejemplo para los nuevos Estados miembros.

A lo largo de su discurso, abogó por que Europa se dote de una política común en materia de inmigración para controlar las fronteras y por una mayor cooperación judicial y policial frente al terrorismo. «España, por nuestra dolorosa experiencia, sabe de la necesidad vital de la acción solidaria y siempre estará a la vanguardia de esta política», aseguró.

Ante un hemiciclo semivacío, como es habitual en la Eurocámara, Zapatero apostó por una UE social, con una política exterior activa y dialogante, sobre todo ante el mundo islámico, y una política de defensa común que permita intervenir «autónomamente».

Junto a los retos, Zapatero resaltó el «intenso» periodo de crecimiento económico que atraviesa España y defendió leyes como la de igualdad o la del matrimonio entre homosexuales. «Durante largo tiempo sólo podíamos afirmar que, si avanzaba Europa, lo haría España. Creo poder decir hoy, con orgullo, pero con humildad, que si avanza España, como lo ha hecho, ha avanzado también Europa», concluyó.

Entre las prioridades de la Unión Europea del siglo XXI, destacó la lucha contra el cambio climático, la extensión del bienestar social y el refuerzo de la convivencia, con una «beligerancia absoluta y total contra cualquier síntoma de xenofobia y racismo».

El debate no incluyó referencias directas al escenario político nacional, aunque sí implícitas. Así, en el turno de réplica, el vicepresidente del grupo del Partido Popular Europeo, Jaime Mayor Oreja, defendió que «la culminación de la Unión Europea necesita la fortaleza de sus miembros y se hace imposible con naciones debilitadas en las que se ponga en entredicho su integridad territorial».