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Los responsables de la investigación de la muerte de dos soldados españoles en Afganistán no descartan que el artefacto que explotó al paso del vehículo blindado que les transportaba fuera activado a distancia, al haberse encontrado restos de cable en las proximidades del lugar. Los expertos en explosivos del Ejército de Tierra destacados en Afganistán localizaron esta tarde un cable de unos 70 metros de longitud que se extendía desde un muro levantado junto a una cabaña hasta el punto donde se produjo la explosión, según una nota del Ministerio de Defensa.

Los investigadores, no obstante, no excluyen todavía que el artefacto hubiera estallado por «presión», ya que «el cable tiene la apariencia de llevar tiempo enterrado» y no se han encontrado «huellas recientes ni en la cabaña ni en sus inmediaciones».

«De ser así, la mina habría sido colocada hace tiempo», prosigue el comunicado.
El informe preliminar del Estado Mayor de la Defensa apuntaba a que la mina, reivindicada por los talibanes, detonó por la presión de la rueda trasera derecha del blindado BMR en el que iban los soldados Germán Pérez Burgos y Stanley Mera Vera, de origen ecuatoriano.

En el atentado, murió también un intérprete afgano y resultaron heridos otros seis soldados, tres de ellos de carácter grave. El Estado Mayor de la Defensa considera «indispensable la realización de más análisis y estudios para poder asegurar con absoluta fiabilidad si el artefacto estalló por presión o si fue activado mediante el cable».