TW
0
AGENCIAS-SAN SEBASTIÀN Una gran pancarta con una ikurriña pintada y el lema en euskera «La nuestra» ha aparecido colocada en la fachada del Ayuntamiento de Lizartza (Guipúzcoa), ocultando las banderas española, vasca y local que ondean en el balcón consistorial desde ayer con motivo de las fiestas patronales que celebra esta localidad guipuzcoana.

La izada de las banderas fue presidida en la mañana del viernes por la alcaldesa, Regina Otaola (PP), mientras una veintena de personas que participaban en una concentración de protesta frente al consistorio increpaban a la regidora y a los otros seis ediles populares que conforman la corporación municipal.

La Ertzaintza abrió diligencias policiales contra dos de los concentrados, a uno por amenazar verbalmente de muerte a la alcaldesa, quien presentó denuncia formal en comisaría, y a otro por un supuesto delito de injurias a la primera edil en un cartel que portaba.

Amenazas
Al igual que el viernes, ayer por la mañana un importante despliegue de la Policía Vasca protegió también a la alcaldesa y varios concejales del PP que acudieron a la misa oficiada en una ermita del municipio con motivo de las fiestas. Tanto a la entrada como a la salida de la eucaristía, había varias decenas de personas que portaban ikurriñas y abuchearon y pitaron a los representantes municipales, sin que se registraran incidentes.

Las continuas amenazas y los numerosos insultos recibidos por parte de simpatizantes radicales de la izquierda abertzale, no han conseguido amedrentar a Otaola, en su empeño por permanecer al frente de la alcaldía de la localidad guipuzcoana «para demostrar que con la ley queremos conseguir la paz y la libertad». Las declaraciones de la dirigente popular vasca se producen después de que el mismo viernes Otaola denunciara amenazas de muerte durante la izada de la bandera española en el balcón del ayuntamiento, cuando fue recibida entre insultos de «ladrona» y «franquista», a su llegada a la misa celebrada con motivo de las fiestas patronales de este pequeño pueblo de la comarca guipuzcoana de Tolosaldea.

Otaola no lo ha dudado «en ningún momento», ya que pese a que «amenazas ha tenido mucha gente del PP, hemos seguido todos adelante y en ningún momento me planteo el dejar, o amedrentarme, o echar un pasito atrás, ni mucho menos». La alcaldesa, que llegó al poder con tan sólo 27 votos, aseguró que su formación está intentando conseguir «la normalidad» del municipio como, a su juicio, «debería ser en otros muchos» pueblos del País Vasco.

De todas formas, reconoció que por las calles del pueblo «no te puedes mover con tranquilidad y, si vas sin seguridad, te muelen a palos entre cuatro, cinco o diez proetarras, estos demócratas de pacotilla», y aseguró que, al acudir a la misa con motivo de las fiestas patronales en la que fue recibida entre insultos de «ladrona» y «franquista» proferidos por una treintena de radicales, «ha hecho lo que tenía que hacer».