Los cuatros terroristas detenidos en Cahors, cerca de Toulose, que atentaron en un párking en Barajas. Foto: EFE

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Una operación de la policía gala y de la Guardia Civil permitió ayer la detención de cuatro etarras a los que se atribuyen las últimas acciones de la banda -excepto el atentado de Durango- en una casa de Cahors (Francia) considerada la «fábrica» de coches-bomba de ETA y en la que había ya otro preparado.

El ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, destacó ayer la «enorme importancia» de las detenciones y dijo que Luis Ignacio Iruretagoiena Lanz, «Suni», Oihan Barandalla Goñi, Ander Múgica Andonegi y Alaitz Aramendi Jaunarena constituían el «núcleo central» del comando que perpetró el atentado contra la T-4 de Barajas y que hizo explotar una furgoneta en Castellón el pasado domingo.

Rubalcaba afirmó que los arrestados «estaban preparando un coche-bomba» que según fuentes de la lucha antiterrorista era un turismo que ha sido encontrado en el garaje de la vivienda «prácticamente preparado» para ser utilizado en un atentado.

Artefactos
La confección de los artefactos corría a cargo de Iruretagoiena, de 50 años, considerado el máximo experto en explosivos de ETA y que tras pasar varios años en Latinoamérica -donde llegó a unirse a la guerrilla salvadoreña- volvió a Francia y se incorporó de nuevo a la banda. Su lugar actual de trabajo era la casa de Cahors, a la que Rubalcaba se refirió como la «base de operaciones» desde la que se habían planificado y preparado las principales actividades de ETA en los últimos meses.