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Los presuntos miembros de ETA, al menos dos, que participaron el viernes en el atentado contra el cuartel de la Guardia Civil en Durango (Vizcaya) cometieron «algún error» que les obligó a regresar hasta el lugar donde habían aparcado la furgoneta-bomba, manipular de nuevo el artefacto y huir definitivamente instantes antes de la explosión. Los investigadores deducen que ese error u olvido podría estar relacionado con la activación del temporizador que activó finalmente el explosivo.

El individuo que había aparcado marcha atrás la C-15 a la espalda de las instalaciones del Instituto Armado alrededor de las 3:30 horas, se bajó del vehículo dirigiéndose al Seat Ibiza en el que le esperaba otro terrorista, abandonando ambos el lugar. Sin embargo, según relataron fuentes de la investigación, a los pocos segundos dieron un volantazo, regresaron al lugar y el mismo individuo, con una gorra calada y bajo la fuerte lluvia que caía en ese instante, se introdujo de nuevo en el coche, manipuló el artefacto y y se dirigió otra vez, apresuradamente, al segundo coche, el Seat Ibiza alquilado en mayo en Portugal y al que no se le habían doblado las placas de matrícula.

Segundo vehículo
En cuanto a este segundo coche, la Guardia Civil sopesa que fuese conducido al País Vasco inmediatamente después de recogerlo en Oporto --el pago por adelantado se realizó con documentación falsa en Quarteira, en El Algarve--, y escondido hasta su utilización en el atentado, ya que al no haberle doblado las matrículas hubiese sido arriesgado para los terroristas circular con él tras haber sido denunciado su robo. Asimismo, los investigadores también tratan de averiguar cómo abandonaron la campa de Amorebieta los terroristas, si a pie hacia la localidad vizcaína o en un tercer coche, ya que a esa hora no hay transporte público.

Por otra parte, un grupo de expertos en terrorismo de ETA de la Guardia Civil viajará mañana lunes a Portugal para investigar si la banda terrorista dispone o ha dispuesto en algún momento de infraestructura en ese país, dado que uno de los vehículos implicados en el atentado del viernes en Durango fue alquilado allí.

Según informaron fuentes de Interior, el Ministerio enviará el lunes a Lisboa un equipo de la Guardia Civil compuesto por entre tres y cuatro agentes del servicio de información, los máximos expertos en ETA.

En la capital lusa, este grupo de agentes mantendrá una reunión con responsables de la Policía Judiciaria portuguesa en la que pondrán en común datos de la investigación del atentado de Durango y analizarán la manera en que deben dirigirse las pesquisas para averiguar la infraestructura que ETA puede tener o ha podido tener en ese país.

Las sospechas sobre la existencia de infraestructura de ETA en Portugal cobraron fuerza ayer al comprobar que el coche que los terroristas hicieron explosionar tras perpetrar el atentado contra la casa cuartel de la Guardia Civil en Durango (Vizcaya) tenía matrícula lusa y no había sido falsificada.

Posteriormente, los investigadores descubrieron que había sido alquilado el pasado mes de mayo en la sucursal que una empresa lisboeta de alquiler de coches tiene en la región de El Algarve, y que había sido recogido en Oporto, al norte del país. Esta circunstancia reforzó la teoría de que la banda terrorista pudiera contar con infraestructura en Portugal, hipótesis que comenzó a barajarse cuando un comando etarra abandonó el pasado 22 de junio en Huelva, a dos kilómetros de la frontera lusa, un coche con explosivos que había sido alquilado en ese país.