El director general de la Policía y de la Guardia Civil, Joan Mesquida, visitó el lugar del atentando. Foto: ALFREDO ALDAI/EFE

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El coche bomba que hizo explosión la madrugada del viernes junto a la casa cuartel de la Guardia Civil de la localidad vizcaína de Durango, que causó heridas leves a dos guardias civiles, es el primer atentado de ETA desde que anunciara el pasado 5 de junio la ruptura del alto el fuego permanente.

La explosión del vehículo, una furgoneta Citroen C-15 robada hace dos días y con matrícula de San Sebastián, se produjo hacia las 03.30 horas de la madrugada en la parte trasera del edificio y, según afirmó el director general de la Policía y de la Guardia Civil, Joan Mesquida, la bomba contenía entre 80 y 100 kilos de un explosivo «de tipo medio», cuya tipología concreta no se ha determinado.

Fuentes de la lucha antiterrorista informaron a Efe de que, según las primeras investigaciones, el explosivo utilizado en el atentado podría ser amonal.

Mesquida, que se desplazó a primeras horas de la mañana hasta el acuartelamiento de Durango, confirmó que el atentado fue perpetrado por «varios individuos», y dijo que los etarras accedieron «marcha atrás» con el coche bomba hasta la instalación del instituto armado y después huyeron en un turismo, «al parecer» el vehículo que una hora después del atentado ardió totalmente en Amorebieta (Vizcaya).

El alto mando policial señaló que este último coche tenía matrícula lusa, «lo que parece confirmar que ETA podría tener algún tipo de infraestructura en Portugal», al igual que en Vizcaya, según dijo Mesquida.

Subrayó que las investigaciones de los restos desvelarán el tipo de explosivo utilizado y el sistema de detonación, ya que todavía no se ha determinado si fue mediante un temporizador, cordón detonante o algún tipo de mando a distancia.