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AGENCIAS-LAS PALMAS/ELCHE Nueva tragedia en el mar que separa la costa africana de Canarias. Un total de trece inmigrantes irregulares han perdido la vida en la dramática singladura de una patera que pasó una semana a la deriva sin alimentos antes de ser localizada el domingo en aguas próximas a Fuerteventura. A su llegada ayer a Gran Tarajal, en Fuerteventura, los supervivientes contaron que tuvieron que echar por la borda los cadáveres de once personas, dos de ellas menores, mientras otro fallecido fue recogido por Salvamento Marítimo a bordo de la patera cuando fueron rescatados. De los 28 supervivientes, nueve tuvieron que ser hospitalizados por hipotermia, quemaduras o fuerte deshidratación. Uno de ellos, con graves quemaduras e ingresado en el Hospital insular de Las Palmas, falleció horas después en el centro y se convirtió en el fallecido número 13 de este suceso.

Tras ser localizados el domingo por Salvamento Marítimo, a su llegada este lunes a bordo de un pesquero al muelle de la localidad de Gran Tarajal, en Fuerteventura, los inmigrantes comenzaron a explicar a los responsables de Cruz Roja que habían estado una semana a la deriva a bordo de la embarcación y se quedaron sin víveres. «Tuvieron que lanzar los cadáveres al mar. Concretamente hablan de nueve varones adultos y dos menores, más otro que estaba en la patera cuando fueron rescatados», explicó el responsable de Protección Civil, Fran Torres.

Por otra parte, el juzgado de instrucción número 1 de Elche ha dejado en libertad, aunque imputados por un presunto delito de homicidio imprudente, a los dos agentes del Cuerpo Nacional de Policía que custodiaban al joven nigeriano que murió el 9 de junio en un avión cuando era deportado a Lagos.

Los policías declararon ayer ante la titular de este juzgado, tras ser aceptado un recurso de la fiscalía para que acudiesen ante la juez en Elche y como imputados, y en presencia de, al menos, un abogado, quien eludió hacer declaraciones a los periodistas.