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La defensa de Basel Ghalyoun, José Luis Abascal, denunció ayer que «alguien frenó la investigación» del 11-M, lo que ha provocado indefensión en los acusados, y que, al igual que ocurrió con el «caso de la colza», en este proceso han estado presentes «intereses espurios» de las «cloacas del Estado».

Consideró que la Fiscalía, que retiró la imputación de Ghalyoun como autor material del 11-M por falta de pruebas -la testigo que lo reconoció en los trenes se retractó en el juicio- y pide ahora para él 12 años de cárcel por pertenencia a banda terrorista, «ha sacado de la nada acusaciones desmedidas» porque no se ha aportado ni una sola novedad acusatoria desde el punto de vista de los hechos.

Además de Abascal, en la jornada quincuagésima primera del juicio por el 11-M expusieron sus informes finales las defensas de los acusados Raúl González, «El Rulo», Mohamed Moussaten y Fouad El Morabit, representados por los letrados Endika Zulueta, Miguel García Pajuelo y Eva Aragón, respectivamente.

Tras lanzar duras críticas a las acusaciones y a la Fiscalía, a quien acusó de actuar con «despotismo democrático», Abascal manifestó que «es evidente que alguien frenó la investigación, que alguien no quiso investigar más y provocó una enorme indefensión a los acusados«.

Abascal, que también defiende al acusado Jamal Zougam, se refirió al gorro con huellas de Ghalyoun hallado entre los escombros del piso de Leganés y justificó su presencia en esa vivienda porque el suicida Rifaat Anouar lo cogió junto a otros objetos del local de la calle Virgen del Coro, donde residía Basel con otros acusados, y recalcó que allí no se hallaron más huellas.