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OTR/PRESS-SAN SEBASTIÀN/MADRID
Iñaki de Juana Chaos vuelve a las andadas. El preso etarra no ha comido desde que el miércoles por la tarde llegó a la prisión de Aranjuez (Madrid). Aunque no se ha declarado en huelga de hambre, el preso, que se encuentra en la enfermería del centro, rechazó la cena y ayer no desayunó ni comió. Fuentes de Instituciones Penitenciarias apuntaron que el etarra no ha comunicado en ningún momento por escrito que haya decidido volver a la huelga de hambre, como en las dos ocasiones anteriores, cuando sí lo comunicó oficialmente.

En este sentido el titular de Interior apuntó que la Ley «permite distintas opciones que se aplican en función de las circunstancias, siempre legales, con el acuerdo de la Fiscalía y del Juzgado de Vigilancia Penitenciaria, en este caso». Así, matizó que la salud de De Juana «no es ahora la misma que hace unos meses».

La decisión de Prisiones de llevar a De Juana hasta Madrid para que cumpla en la prisión de Aranjuez el año que le queda de su condena por un delito de amenazas, en lugar de mandarlo a su casa bajo control telemático tras recibir el alta hospitalaria, es «contraria a toda normativa existente sobre los derechos humanos», denuncio Reizabal en declaraciones a Radio Euskadi.

A su juicio, no hay duda de que es «una decisión ajena», el fin de la tregua de ETA, lo que ha motivado «esta venganza« del Gobierno. Así el abogado de De Juana no a consecuencia de la ruptura del alto el fuego de ETA, «se ha cambiado« el auto judicial dictado cuando fue traslado el 1 de marzo al Hospital Donostia y que, según indicó, acordaba que cumpliría el resto de la pena en su domicilio. «Porque una organización decida una cosa resulta que se coge a este señor y se le dice que 'usted que iba a ir a su domicilio, ahora se va a la cárcel', y además tratando de vestirlo con que es porque la enfermería de Aranjuez es mejor y no sé cuantas tonterías más», denunció Reizabal. Pero desde el Gobierno aseguran que las razones del reingreso en prisión de De Juana son las mismas que en su traslado al hospital. Y, según Rubalcaba, son tres: respeto a la Ley, la obligación de vigilar la salud de los penados y la «firmeza e inteligencia que se le supone a un Estado democrático».

Y desde el PP tampoco se creen que la decisión no tenga nada que ver con el fin del alto el fuego de ETA. Esto fue lo que denunció Eduardo Zaplana, que lamentó que sea la banda terrorista la que «mueve» y «arrastra» al Gobierno a tomar decisiones como la vuelta a prisión de De Juana.