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El acto celebrado el sábado por la izquierda abertzale en el Pabellón Bizkaia Arena de Barakaldo (Vizcaya) fue objeto ayer de análisis por parte de los grupos políticos y mientras el PNV lo consideró un «fiasco» y una «oportunidad perdida» el PP lo vio como una «chulería» de Batasuna frente a la «debilidad» del Gobierno. El acto, que congregó a miles de personas, pudo celebrarse después de que sus 41 promotores se hubieran comprometido por escrito a no mencionar expresamente las siglas del nuevo partido ASB, de acuerdo con las condiciones establecidas por el juez de la Audiencia Nacional Baltasar Garzón.

El secretario general del PSE-EE de Alava, Txarli Prieto, se centró más en el mensaje difundido por el portavoz de la ilegalizada Batasuna, Arnaldo Otegi, sobre la presencia de la izquierda abertzale en las elecciones de mayo «sin disfraces», y le animó a que pida a ETA su disolución y a que condene la violencia porque «con disfraces» no irán a los comicios.

El secretario de Libertades Públicas del PP, Ignacio Astarloa, aseguró ayer que para su partido es «absolutamente insoportable que el Gobierno de Zapatero esté permitiendo una exhibición de impunidad y poderío como la que ayer se produjo en Barakaldo». «Burla al Estado de Derecho» o «máximo engaño» fueron también frases utilizadas por Astarloa para referirse al acto del sábado.

Otros dirigentes del PP también se refirieron ayer al acto de la izquierda abertzale, como la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, quien lo consideró «un chiste de Groucho Marx»; o el presidente del PPC, Josep Piqué, quien tildó de «kakfiana» la decisión de permitirlo.