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La Audiencia Nacional condenó ayer al etarra Henri Parot a once años de prisión por las cartas que envió desde la cárcel a la dirección de ETA y en las que instaba a la banda a atentar contra «objetivos vitales» para forzar una negociación con el Gobierno español.

La sentencia señala que la desarticulación en el año 1990 del 'comando itinerante' del que formaba parte Parot y su consiguiente detención, interrumpió su trayectoria delictiva en la organización, si bien «al haberse acreditado una reanudación activa y eficaz en el año 2001 de la integración en ETA del acusado», tal y como se deduce del contenido de la carta que envió desde la cárcel, «debe estimarse la existencia de un nuevo delito de pertenencia a banda terrorista».

El tribunal le vuelve a condenar por un delito de pertenencia a banda armada, con la agravante de reincidencia, pero en cambio le absuelve del de conspiración, por el que la Fiscalía pedía una pena de 29 años de prisión al considerarle no sólo miembro, sino dirigente de la organización terrorista.

El juicio contra Parot por esta causa se inició el pasado martes y durante el mismo la Fiscalía elevó de 25 a 29 años la petición de pena para el etarra al considerarle dirigente de la banda.

La Sala rechaza no obstante condenarle como dirigente de ETA, como había solicitado el fiscal, al entender que su actividad era «relevante pero no decisiva», puesto que no se ha probado que Parot diese órdenes a los dirigentes en Francia, que en aquel entonces eran por entonces Juan Antonio Olarra Guridi y Ainhoa Múgica, o que sus sugerencias constituyesen directrices a seguir.