José Blanco, durante la rueda de prensa tras la Ejecutiva del PSOE.

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Hasta que el Gobierno no constate la «voluntad inequívoca» de ETA de abandonar las armas no se acercarán presos etarras a las cárceles del País Vasco. Así lo aseguró el ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, que señaló que hasta que no se compruebe que la banda terrorista quiere dejar la violencia de forma definitiva el Gobierno no va a hacer «gestos» como acercar a los presos. Además, Rubalcaba reconoció que al proceso «le está costando despegar» aunque aseguró que en estos momentos todavía hay «buenas condiciones» para vislumbrar el fin definitivo de la violencia terrorista.

En este sentido, Rubalcaba, en declaraciones a Antena 3, señaló que cuando se acredite la intención de ETA de dejar las armas y el Gobierno crea «oportuno» realizar algún movimiento de presos o «cambiar la política penitenciaria» lo «primero» que hará será acudir al Parlamento para «explicárselo a los grupos parlamentarios». En cuanto a la situación actual, apuntó que el proceso no arranca «porque ha reaparecido la violencia callejera en Euskadi» y «con violencia es muy difícil dialogar, por no decir imposible».

«El Gobierno puede hacer gestos, y en su momento los hará», anunció el ministro de Interior, e insistió en que todo está condicionado a que ETA demuestre su voluntad inequívoca de abandonar la violencia, tal y como estableció el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, en su comparecencia ante el Congreso de los Diputados. «Y hasta estos momentos creemos que esa voluntad no se han demostrado», apuntó el ministro del Interior.

El titular de Interior afirmó que, aunque al proceso «le está costando despegar, existen «buenas condiciones para vislumbrar el fin de la violencia» y en este punto se refirió a la ausencia de atentados mortales de ETA desde hace tres años y medio y el alto el fuego permanente decretado por la banda que se une a un «cansancio social evidente» de la violencia terrorista, así como a la situación operativa de la organización, que está «peor que nunca», aunque «conserva capacidad para matar».