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El ministro de Justicia, Juan Fernando López Aguilar, negó ayer desde Tampere, donde se celebró una reunión informal de ministros de Justicia e Interior de la UE, que España haya acudido a la Unión Europea para pedir ayuda ante la crisis migratoria que vive. Además negó que se hubiera hecho ninguna crítica al proceso de regularización extraordinario llevado a cabo por el Ejecutivo español. Una visión muy distinta de la reunión tiene el PP, que cree que los ministros españoles fueron a Tampere «a por lana y salieron trasquilados».

También dio ayer su visión del tema la secretaria de Estado de Inmigración, Consuelo Rumí, quien afirmó que a Austria y Alemania «les cuesta entender la vecindad del continente africano con España, el alcance de las nuevas embarcaciones utilizadas por las mafias y el fenómeno de la inmigración económica». Rumí recordó que las críticas en el seno de la UE han sido «minoritarias» y vinculadas sólo a esos dos países, que además «no tienen fronteras marítimas» y han hecho frente a una inmigración terrestre relacionada con refugiados y exiliados.

Contradiciendo el eje del mensaje de diferentes miembros del Gobierno en los últimos meses sobre la necesidad de que Europa se implique en la lucha contra la inmigración y que incremente los recursos para controlar la llegada ilegal de extranjeros, Juan Fernando López Aguilar afirmó ayer que España «no ha acudido a la reunión de ministros celebrada en Tampere a pedir ninguna ayuda. España siempre ha participado activamente en la construcción del espacio de justicia, libertad y seguridad de un modo positivo, con iniciativa, aportando ideas y empujando hacia adelante».

Pese a las abiertas críticas de los ministros de Austria y Alemania, López Aguilar aseguró que «es completamente falso que se hayan rechazado las posiciones españolas. No he escuchado en la deliberación del Consejo de Ministros una sola alusión al proceso de regularización que tuvo lugar en España al inicio de esta legislatura. Ni por supuesto tampoco ninguna crítica».

En ese sentido, defendió la regularización como un «compromiso electoral» para normalizar la situación de un contingente de seres humanos que estaba siendo explotado asegurando que fue una decisión correcta que tuvo su margen temporal acotado y que «no es una decisión ni permanentemente abierta ni indefinida en el tiempo».

Finalmente, López Aguilar anunció que el viernes había trasladado al director de la Agencia Europea de Fronteras (Frontex), Ilkka Laitinen, que las instituciones europeas son percibidas como lentas o burocráticas pero no pueden permitirse que sean percibidas como «ineficientes».

Sobre las críticas recibidas y la negativa de algunos países a aportar medios para que España tenga más recursos para afrontar las oleadas de inmigrantes también habló la vicepresidenta primera del Gobierno, Teresa Fernández de la Vega tras el Consejo de Ministros.