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Las autoridades tratan de identificar el origen de los 160 inmigrantes asiáticos llegados ayer por la mañana a Santa Cruz de Tenerife en el barco «Al Mari» y el Gobierno ya ha iniciado los trámites diplomáticos con Pakistán para repatriarlos si se comprueba que, como parece, son ciudadanos de ese país.

Después de permanecer más de seis horas en la embarcación, que fue avistada anoche a unas cuatro millas de la costa y llegó a puerto a las 11.30, hora peninsular, los inmigrantes fueron finalmente trasladados a una nave de la Autoridad Portuaria de Santa Cruz de Tenerife, aunque uno de ellos permanece hospitalizado.

Otras cinco personas, presumiblemente de origen africano, han sido detenidas y se encuentran en dependencias de la Guardia Civil como presuntos miembros de la tripulación.

Tras atracar el barco en el puerto, la Guardia Civil tenía la orden de no dejar desembarcar a los inmigrantes hasta que no concluyeran las conversaciones con sus países de origen, y varios agentes subieron a bordo para inspeccionar la nave y llevar comida y bebida.

Según explicó el delegado del Gobierno en Canarias, José Segura, los inmigrantes, que estaban en las bodegas cuando fueron encontrados, dijeron que llevaban cuatro días sin comer.

El barco, de 40 metros de eslora, tenía una vía de agua, pero Segura señaló que los motores no estaban averiados y apuntó que los especialistas de Salvamento Marítimo lo inspeccionaban para hacer un informe sobre sus condiciones de navegabilidad.