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El PP se quedó solo ayer en el Pleno del Congreso defendiendo su proposición no de ley, apoyada en cuatro millones de firmas, para convocar un referéndum en toda España sobre el Estatuto catalán y el concepto de nación. Un total de 173 votos de todos los grupos 'tumbaron' la propuesta, apoyada por 140 diputados del PP. El encargado de defender la iniciativa fue el líder del PP, Mariano Rajoy, quien exigió al Gobierno que permita a los ciudadanos decidir sobre los «antojos de gobernantes desorientados». Su idea concitó las críticas del PSOE y de todas las formaciones minoritarias, que le reprocharon la falta de base legal de la iniciativa y le acusaron de promover enfrentamientos entre españoles.

En este contexto, advirtió al Ejecutivo que existe «inquietud» en la sociedad porque se han emprendido modificaciones legislativas que pueden afectar, bajo su punto de vista, al consenso alcanzado en la transición.

Así, Rajoy recordó que su propuesta llegó al Congreso avalada por la rúbrica de cuatro millones de españoles que desean decidir si el concepto de soberanía, unidad y nación deben permanecer «en las mismas condiciones en que estaban cuando Rodríguez Zapatero alcanzó el poder». «Es razonable saber la opinión de los propietarios legítimos de todo el país», remachó.

Sin citar específicamente el Estatut, dijo que no es una «fantasía» que hay preocupación porque no se está «escuchando» al Consejo de Estado, al Consejo General del Poder Judicial o porque, «por primera vez, se imponen reformas que afectan al futuro de todos sin más respaldo que la mayoría simple».