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AGENCIAS-BILBAO
Representantes de ETA y del Gobierno español llevan meses manteniendo 'encuentros' en varios países europeos, como Suiza y Noruega, de cara a 'sondear las posibilidades de un proceso de paz, según informó ayer la televisión pública vasca ETB. Según ETB fueron varias las conversaciones mantenidas entre interlocutores de la banda terrorista y representantes del Ejecutivo durante el año 2005, fruto de las cuales ETA habría decidido ya en enero pasado el alto el fuego que dio a conocer el miércoles.

A ese respecto hizo mención también a la documentación incautada tras la detención del dirigente etarra Mikel Albisu, 'Antza', en octubre de 2004, entre la que figuraba un borrador de declaración de tregua.

La misma fuente recordó en su información de ayer las, hasta ahora especulaciones, en torno al primer contacto entre etarras y el actual Gobierno del PSOE, que se habría producido a los pocos meses de la victoria electoral de Rodríguez Zapatero en 2004 mediante una carta dirigida por la banda al presidente del Ejecutivo instándole a 'abrir un proceso de negociación'.

En su actualizada información sobre la banda terrorista ETB mencionó también las importantes modificaciones que ETA llevó a cabo en su estructura y formas de actuación como medida de seguridad ante el acoso policial tanto en España como en Francia.

Así, la 'gestión de fondos' se habría dividido entre la que se encargaría de conseguir el dinero mediante la extorsión (Gezi) y la administradora de los 'recursos' obtenidos, Diba.

Gezi se ha ocupado del chantaje a empresarios, enviando sucesivas cartas, controlando los pagos, y si se resistían, llevando a cabo atentados contra las instalaciones de las empresas, ya que esa estructura etarra cuenta con sus propias células armadas -al margen del 'aparato militar'- para llevar a cabo la elaboración y colocación de explosivos.

También se habría venido encargando Gezi de organizar las campañas de boicot contra los empresarios que no pagaban la extorsión. Para realizar esa actividad se ponía en marcha una célula de contacto entre la estructura clandestina de ETA y miembros de la izquierda abertzale vasca, desde la cual se organizaba la difusión de panfletos o pegatinas con la lista de empresas para las que se pedía el boicot, y en algunas ocasiones acompañadas con fotografías y datos personales o familiares del empresario.

En todo caso, las ramas 'militar' y 'logística' de ETA se habrían mantenido como las dos principales estructuras del organigrama etarra, consumidoras de la parte más sustancial del presupuesto de la banda. Hacia sus miembros, y con el fin de debilitar el funcionamiento de los terroristas, se han dirigido en los últimos años las investigaciones policiales hispano-francesas.