Varias decenas de funcionarios se concentraron ante la Audiencia en señal de reconocimiento a Fungairiño.

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El cese de Eduardo Fungairiño como fiscal jefe de la Audiencia Nacional ha desatado toda una tormenta política. El PP ve una decisión del Gobierno por intereses ajenos al Ministerio Fiscal y con una futura negociación con ETA en el horizonte. El Ejecutivo niega todos los argumentos de los populares y el PSOE destaca la independencia del fiscal del Estado, Cándido Conde-Pumpido. Éste justificó el cese en que «la paciencia tiene un límite», ante los roces que ha tenido con Fungairiño. Y mientras tanto los compañeros del ex fiscal jefe se concentraron ante la Audiencia Nacional para mostrarle su respaldo.

En la misma línea, el presidente de la Asociación de Víctimas del Terrorismo, Francisco José Alcaraz, consideró que la renuncia forzada del fiscal jefe de la Audiencia Nacional es «injusta y parte del precio que se está pagando para beneficiar la negociación que el Gobierno está llevando con la banda terrorista ETA».

Conde-Pumpido aseguró ayer que la renuncia de Fungairiño se debe a «razones personales», pero matizó que él la ha aceptado por «razones profesionales». Dijo que no quería profundizar en esos «incumplimientos» para «respetar la trayectoria profesional del fiscal jefe de la Audiencia», pero después añadió que dos hechos recientes «han precipitado esta decisión»: no haber sido informado por Fungairiño de un expediente abierto por dilaciones a un magistrado de la Audiencia Nacional y no haber sido avisado, en contra de sus instrucciones, de próximas excarcelaciones de terroristas.

Estas son las explicaciones oficiales, pero han surgido muchas más desde el ámbito político. El PP utilizó toda su artillería para criticar al Gobierno por este asunto, y el Ejecutivo ha tratado de responder a todos los argumentos de los populares. La razón principal que el PP ve detrás de este cese es la política antiterrorista. El secretario general de este partido, Angel Acebes, responsabilizó directamente al presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, del relevo de Fungairiño, que vinculó a la firmeza de éste frente a ETA y el mundo abertzale.