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El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, dijo ayer que las negociaciones sobre el proyecto de Estatuto de Cataluña van «razonablemente bien», y que confía que sea una realidad este año.

«Es un proceso sin fecha. Habrá muchos días y muchas fechas», añadió Rodríguez Zapatero, quien no quiso profundizar en la cuestión.

En una conversación con periodistas, en el Palacio Real, tras la celebración de la Pascua Militar, Rodríguez Zapatero aseguró que «lo razonable» sería que hubiese acuerdo entre las fuerzas políticas que participan en la negociación al comenzar el próximo 21 de enero las reuniones de la ponencia del Congreso que iniciará la tramitación parlamentaria del Estatuto.

El presidente del Gobierno recordó que él no participa en esas conversaciones y dijo que el portavoz socialista en el Congreso, Alfredo Pérez Rubalcaba, sobre quien recae el peso de la negociación, «lo está haciendo muy bien».

Fue preguntado también Rodríguez Zapatero sobre la paz en Euskadi, sobre el final del terrorismo de ETA, un proceso que en su opinión, volvió a reiterar ayer, «será largo».

También habló el presidente de su entrevista, el miércoles en el Palacio de La Moncloa, con el presidente electo de Bolivia, Evo Morales, a quien calificó de una «muy buena persona».

Fue una entrevista muy cordial -«fue muy bien», aclaró Rodríguez Zapatero- en la que no faltaron las bromas, según el presidente del Gobierno.

La broma que un humorista de la Cope, emisora de la Conferencia Episcopal Española, gastó al presidente boliviano a las pocas horas de su elección en las urnas, cuando haciéndose pasar por Rodríguez Zapatero -circunstancia que en ningún momento fue aclarada- le telefoneó para felicitarle, fue también motivo de broma en su primer encuentro, el miércoles en Madrid.

En cualquier caso, y a pesar de los comentarios distendidos sobre un hecho que provocó indignación en Bolivia y posteriores disculpas de la Cope, al presidente del Gobierno no le pareció «lo más adecuado».

Rodríguez Zapatero no quiso juzgar la decisión del presidente electo de Bolivia de acudir con un sencillo jersey a su encuentro en La Moncloa y, momentos antes, a una audiencia con el Rey en La Zarzuela. «Hay que respetar a la gente», argumentó el presidente, quien «nunca» diría a nadie que se pusiera corbata para ir a verle.