TW
0

La Sala Penal del Tribunal Supremo hizo pública ayer la sentencia que condena a un año de cárcel al ex portavoz de Batasuna Arnaldo Otegi por injuriar al Rey al llamarle «jefe de los torturadores». La resolución sostiene que esas palabras no están amparadas por la libertad de expresión por ser «claramente ultrajantes e insultantes» hacia el monarca.

La resolución del Supremo, que fue notificada a las 10.30 horas de ayer al representante legal de Otegi, revoca la sentencia dictada el pasado mes de marzo por el Tribunal Superior de Justicia del País Vasco, que absolvió al ex portavoz de Batasuna por entender que sus palabras, aunque «ofensivas y oprobiosas», estaban amparadas por su derecho a la libertad de expresión. El alto tribunal estima el recurso de la Fiscalía contra la absolución y, basándose en la jurisprudencia del Tribunal Constitucional y en sentencias de la misma Sala Penal del Supremo, destaca que la libertad de expresión no es un derecho ilimitado y absoluto, y no protege «las frases y expresiones indudablemente ultrajantes u ofensivas», como entiende que fueron las que profirió Otegi.

La sentencia cuenta con el voto particular de uno de los cinco magistrados que formaron la Sala, Perfecto Andrés Ibáñez, quien considera que debió confirmarse la absolución porque las palabras de Otegi fueron de naturaleza y alcance exclusivamente político, y estaban amparadas por la libertad de expresión. Las califica como «exabrupto» y «suerte de desahogo subcultural», pero que no fueron una «ofensa ni mortificación» para el Rey, a quien por otra parte no imputó actos concretos de tortura.

Sin embargo, la sentencia, de la que ha sido ponente el magistrado Carlos Granados, destaca que las manifestaciones de Otegi expresaron «un evidente menosprecio a S.M. el Rey y a la institución que encarna en su persona, afectando al núcleo último de su dignidad».