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El presidente de CiU, Artur Mas, reclamó ayer al líder de ERC, Josep Lluís Carod-Rovira, que arrastre al Gobierno tripartito hacia una «mejor» propuesta de reforma de la financiación autonómica porque «con la que han hecho no hay acuerdo posible». Algo más de una hora de reunión entre delegaciones de CiU y ERC en el Parlament sólo sirvió para constatar la predisposición de ambas partes a alcanzar un acuerdo y reiterar que «sin financiación no hay Estatut».

Mas, acompañado por los portavoces parlamentarios Felip Puig y Josep Maria Pelegrí, y los diputados Francesc Homs y Núria de Gispert, aprovechó para poner «las cartas sobre la mesa» y dejar claro que no habrá una «adhesión incondicional» de CiU a la propuesta de financiación del tripartito ni «cheques en blanco».

Por ello, trasladó a ERC sus cinco puntos «irrenunciables», que pasan por considerar «propios» los impuestos que se recaudan en Catalunya, crear una Agencia Tributaria plena no consorciada con la estatal, cifrar una cuota de solidaridad, no someter la financiación catalana al régimen común acabando con el «café para todos» y que la financiación local dependa «únicamente de la Generalitat». Carod-Rovira admitió que la propuesta del tripartito «no es la perfección» y «se puede hacer todavía una propuesta mejor» fruto de la «buena predisposición del tripartito y de CiU» a negociar. No obstante, reiteró que la responsabilidad de llegar a un acuerdo es de CiU y PSC, los dos únicos partidos matemáticamente indispensables para su aprobación.

Josep Lluís Carod Rovira reiteró que el papel de ERC en esta negociación debe ser el de mantener «todas las puertas abiertas» a la negociación con una fuerza política «hermana» como los nacionalistas para que se alcance un acuerdo, pero desde «un segundo plano, renunciando al protagonismo» para «facilitar al máximo que las propuestas positivas del Gobierno puedan reforzarse y mejorarse con las propuestas positivas de CiU».