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Pasqual Maragall anunció ayer que convocará en breve otra cumbre de líderes para tratar la reforma estatuaria, y el líder de CiU, Artur Mas, criticó la pérdida de prestigio que cree que viven las instituciones catalanas. El presidente de la Generalitat formalizó en la sede parlamentaria su voluntad de que, cuando finalice la primera lectura del Estatut en ponencia parlamentaria -a finales de este mes o principios de mayo-, convocará a los máximos líderes políticos.

Sin embargo y antes del discurso del presidente catalán, Artur Mas ha aprovechado el pleno para contraponer el «buen gobierno» de la etapa de Jordi Pujol a las «deficiencias y debilidades» que cree que caracterizan la gestión del tripartito encabezado por Maragall.

A su juicio, esta cumbre tendría que establecer «de mutuo acuerdo el espíritu con el que deberíamos (los partidos) iniciar la segunda lectura del texto, en una convocatoria que espero no sólo que sea atendida por todas las fuerzas políticas parlamentarias, lo que doy por descontado, sino que espero que sirva para solventar las demandas de períodos de reflexión».

Ha dicho que Cataluña no va «suficientemente bien» y que se viven momentos de «menor prestigio» institucional, en alusión a la polémica del tres por ciento, algo que han considerado «inoportuno» algunos dirigentes de Unió en los pasillos del Parlament catalán.

«La opinión de CiU sobre cómo se están dirigiendo los asuntos colectivos de Cataluña es crítica», ha dicho Mas, quien ha admitido ser «consciente» de que sus comentarios podían «deslucir» el aniversario del Parlament, pero que no hablar con libertad supondría estar al margen «del sentir general».