TW
0

La muerte del papa Juan Pablo II supuso un paréntesis en la vida política, con la suspensión de los actos electorales de algunos partidos en el País vasco ante los próximos comicios, pero también motivó el duelo en los estadios de fútbol y baloncesto y las congregaciones de fieles en las Iglesias.

Desde que tuvieron conocimiento del fallecimiento del pontífice en la noche del sábado, los representantes políticos expresaron su conmoción y su pésame por la desaparición de Papa, al que recordaron como un batallador por la paz y el diálogo y un gran actor político.

Por el mismo motivo, también ha sido aplazada la visita oficial a España del Rey de Bahrein, Hamad Ben Isa Ben Salman al Jalifa, quien tenía previsto llegar ayer a Madrid.

Las organizaciones sociales se unieron a las muestras de dolor por la muerte de Juan Pablo II elogiando su figura y transmitiendo sus condolencias a toda la Iglesia Católica. Este fue el caso, entre otros, de la Confederación Española de Organizaciones de Mayores al recordar al pontífice como «ejemplo de vitalidad»; de la Coalición Española contra el Racismo, la Xenofobia y las Discriminaciones, al hablar del «Papa de la diversidad y la globalización»; o de Cáritas Española, que aludió a la entrega del Papa a «la causa de los pobres y de los oprimidos».

El recuerdo de Juan Pablo II como el Papa viajero, de los jóvenes, de la diversidad y la globalización que amó profundamente a los pobres se ha plasmado desde su fallecimiento con redoble de campanas, atronadores silencios y emocionadas oraciones por parte de sus fieles.

Las autoridades eclesiásticas celebran desde ayer por la mañana en las Iglesias y Catedrales repartidas por el territorio nacional misas y eucaristías en memoria de Juan Pablo II, a la espera del sucesor del fallecido pontífice, el «líder de todos los líderes religiosos del mundo», en palabras del obispo de San Sebastián, Juan María Uriarte.

El amor del pontífice a España fue correspondido por ciudadanos en todo el país de forma ejemplar, como ocurrió en la capital donde miles de madrileños lloraban en la noche del sábado la muerte de Juan Pablo II en la catedral de la Almudena o en la plaza de Colón, donde ofició una misa multitudinaria en 2003. Madrid volvió ayer a manifestar su devoción por Juan Pablo II en la Nunciatura Apostólica, a donde se acercaron cientos personas de manera espontánea para expresar su pésame en el libro de condolencias que permanecerá abierto al público hasta el próximo miércoles.