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El presidente de la Generalitat, Pasqual Maragall, pidió ayer a los partidos del Tripartito que afronten la «ofensiva política de las derechas catalanas» representadas por CiU y PPC, mientras que su antecesor en el cargo, Jordi Pujol, ha dado por finiquitada la «vía catalana» para la reforma del Estatuto. Un día después de que CiU le interpusiera una querella por injurias y que el PPC le presentara una moción de censura, Maragall intervino ayer ante el Consejo Nacional del PSC para pedir la «confianza» tanto del partido que preside como de sus socios ERC e ICV-EUiA para hacer frente a la «crisis del tres por ciento».

De CiU dijo que «tiene la necesidad impulsiva de revancha contra lo que consideran una usurpación del orden natural político de Catalunya», mientras que ha enmarcado la moción de censura del PPC en un intento de «erosionar a Zapatero» y «devolver la pelota del Prestige con lo del Carmel». Posteriormente, en un acto de CCOO, dijo que cuando «gobernaba la izquierda aquí, la derecha española hizo una guerra civil» y ahora, cuando «manda la izquierda en Catalunya, que somos más moderados, nos pone querellas y mociones de censura».

El pasado día 24 Maragall aseguró en un pleno sobre el barrio del Carmel que «el problema» de CiU es «el 3%», lo que fue interpretado como una acusación a que durante el Gobierno de Jordi Pujol se cobraban comisiones por adjudicar obras públicas. Para Maragall, los ataques de las «derechas catalanas» suponen una «ofensiva política en toda regla contra el Gobierno catalanista y de izquierdas y de su presidente».