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LIDIA SORIA-MÓSTAR
El ministro de Defensa, José Bono, recordó ayer en un discurso a los soldados del contingente español desplegado en Mostar (Bosnia Herzegovina), que «nadie» puede obligar a otro «a punta de pistola» a querer o a dejar de hacerlo a España, durante su primera visita con motivo del día de Navidad a las tropas españolas desplegadas en los Balcanes, en un viaje que culminará hoy en Kosovo.

«España, esos colores de la bandera que lleváis, representa sobre todo la voluntad de vivir juntos, las ganas que tenemos de que nuestros hijos vivan mejor que nosotros y de que se asegure la paz y la libertad en nuestro país. La España que nos emociona no es la de los Reyes Católicos, que en paz descansen, sino la de nuestros hijos, la de nuestros nietos, ésa que lleváis en la bandera de vuestro uniforme y es la misma que yo le voy a entregar al coronel para que tenga un recuerdo de esta visita», manifestó el ministro al entregar al jefe del contingente español, coronel José María Grande Urquijo, una miniatura de un soldado con una bandera de principios del siglo XX.

«A nadie se le puede obligar a querer a España a punta de pistola, pero también es verdad que a punta de pistola no van a conseguir que dejemos de quererla los millones de españoles que nos identificamos con lo que España ha representado y sobre todo con lo que representa para el futuro», señaló Bono durante una comida navideña con los soldados en la base de Mostar.

En este sentido, el ministro de Defensa quiso indicar que a pesar de que el concepto de nación y de desvertebración «darían para escribir un libro» y de que definir España sería «complicado», consideró que «sin molestar a nadie» es normal que guste «exhibir una patria grande», en referencia a la bandera que cada soldado lleva en el «uniforme y en el corazón», como apuntó.