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El pleno del Senado rechazó ayer, con los votos de PP, PNV, CiU y BNG, el Proyecto de Ley de Presupuestos Generales del Estado para el 2005, lo que supone su devolución al Congreso sin ningún cambio, algo que no había sucedido nunca en la historia de la democracia.

En declaraciones tras la votación, el vicepresidente segundo del Gobierno y ministro de Economía y Hacienda, Pedro Solbes, consideró que el rechazo a los presupuestos sólo se podría haber evitado «con cesiones que los habrían hecho incoherentes», bien desde el punto de vista de equilibrio territorial, de estabilidad interna o de compromisos comunitarios. Solbes consideró que el debate parlamentario de los presupuestos ha sido difícil, al tratar de compaginar los intereses específicos de ciertos territorios con el interés general.

La votación de las enmiendas se hizo por orden de menor a mayor, con lo que se votó en primer lugar la del BNG, que salió adelante con 140 votos a favor (PP, PNV, CiU y BNG) y 117 en contra (PSOE, Entesa, CC, IU y PA) y ya no fue necesario votar las otras tres.

El Proyecto de Ley de Presupuestos será ahora remitido al Congreso, donde el PSOE necesita mayoría absoluta -o simple transcurridos dos meses- para levantar el veto y ratificar el texto definitivamente.

En su última intervención ante el Pleno, el ministro reiteró que «hemos hecho el mejor de los presupuestos posibles en el contexto actual» y consideró que el texto responde a las necesidades de la economía española. Rechazó las acusaciones de que el Ejecutivo no ha mostrado disposición al diálogo y aseguró que «ha intentado negociar todo lo posible dentro de los márgenes» con que contaba.