El sirio Adnan Waki, detenido el pasado miércoles en Irún
(Guipúzcoa), mantuvo contacto con imputados por el 11-M y con tres
de los siete suicidas de Leganés en los últimos meses de 2003 y en
2004, «en una secuencia adaptada a los atentados del 11 de marzo» y
a la fecha del suicidio colectivo, el pasado 3 de abril.
Así consta en el auto de prisión que el juez de la Audiencia
Nacional Juan del Olmo, instructor del sumario del 11-M, dictó ayer
para Waki por un delito de integración en organización terrorista
tras interrogarle durante cuatro horas acerca de su vinculación con
algunos de los detenidos tras los atentados y con al menos cuatro
de los siete terroristas que se suicidaron en Leganés (Madrid).
Waki fue detenido junto a su socio en una carnicería árabe de
Irún, el egipcio Ibrahim Kasseen, a quien el juez dejó ayer en
libertad, después de que la Policía comprobara que el sirio había
compartido con algunos de los siete terroristas que se suicidaron
en Leganés una misma terminal de móvil, cuyos restos fueron
encontrados entre los escombros del edificio en el que se produjo
la explosión que acabó con sus vidas y la de un GEO.
Según el auto de prisión, «las investigaciones policiales y
judiciales permiten afirmar» que Waki ha mantenido un «estrecho
nivel de relación» con otros imputados en esta causa que ya se
encuentran encarcelados, Basel Ghalyoun, Fouad El Morabit,
Mouhannad Almallah Dabas y Khaled Zeimi Pardo.
Asimismo se aprecia su vinculación con el supuesto coordinador
de la masacre -Serhane Ben Abdelmajid, «El Tunecino»-, y con otro
de los suicidas de Leganés Rifaat Anouar «en los últimos meses del
año 2003 y durante este año 2004, en una secuencia adaptada a los
atentados del 11 de marzo y del 3 de abril de 2004», fecha en la
que los siete terroristas se inmolaron.
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