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El juez de la Audiencia Nacional Juan del Olmo decretó ayer prisión incondicional para Antonio Toro Castro, por los delitos de colaboración con organización terrorista y suministro de sustancias explosivas, por su relación con los atentados del 11-M. Según publicaba ayer el diario 'La Nueva España', la policía contó con el permiso necesario para registrar el domicilio de Toro cuando se le detuvo en julio del año 2001, pero no se hizo.

El 9 de junio fue la segunda vez que compareció ante el juez, y también quedó en libertad. Del Olmo le ha tomado declaración hasta en siete ocasiones, en tres de las cuales protagonizó careos con los también imputados Rafá Zouhier (confidente de la Guardia Civil) y José Emilio Suárez Trashorras (confidente de la policía y cuñado de Toro), y con el testigo protegido Francisco José Villazón Lavandera, alias 'Lavandero'.

Toro fue detenido por su presunta implicación en el 11-M en dos ocasiones. La primera vez que compareció ante el juez, el 31 de marzo, la fiscal no pidió su ingreso en prisión y Del Olmo se limitó a prorrogar su detención hasta el día 2 de abril, fecha en la que salió en libertad.

Del Olmo detalla pasa a paso en el auto la «pluralidad de indicios» que le han llevado a atender la petición de ingreso en prisión de Toro realizada por la fiscal. Así, recuerda que el también imputado Rafa Zouhier, a pesar de las continuas «variaciones» introducidas en las cinco declaraciones prestadas hasta el momento, mantiene que fueron Toro y Trashorras quienes el 20 de febrero de 2003 le proporcionaron una muestra de dinamita y un detonador, cuando viajaron hasta Madrid desde Asturias.