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El Fondo Monetario Internacional ha rebajado la previsión de crecimiento económico al 2,6% en 2004 y 2005 por la existencia de grandes incertidumbres sobre la evolución del tipo de cambio euro/dólar, los tipos de interés y, sobre todo, el precio del petróleo.

«El nuevo Gobierno cuenta con un entorno favorable para lograr los objetivos anunciados: estabilidad fiscal, transparencia e incremento de la productividad. Apoyamos estas prioridades y esperamos que se materialicen en medidas concretas que permitan abordar los retos inmediatos y a más largo plazo», afirma el organismo que dirige el anterior ministro de Economía español, Rodrigo Rato, que califica de claramente positiva la evolución global de la economía española en los últimos tiempos, fundamentalmente por los beneficios derivados de la estabilidad presupuestaria, la moderación salarial y las reformas estructurales.

Además, el FMI recomienda a España profundizar en las reformas en materia de pensiones, pues considera las de viudedad demasiado generosas. En materia laboral insta a que se vinculen los salarios a la evolución de la inflación subyacente. Entre los problemas de la economía española también destaca la escalada de precios de la vivienda, considerando insuficiente el plan de choque del Gobierno para moderarlos, por lo que aconseja reducir la desgravación fiscal a los compradores.

Los efectos del alza del precio del petróleo apenas se notarán en 2004, ejercicio en el que se mantendrá una demanda doméstica boyante, aunque en un entorno de una inflación más alta. Las medidas de política económica en respuesta al incremento del precio del crudo deberán guiarse por el supuesto de que el shock petrolífero actual parece contener un componente permanente, aunque «cualquier medida ha de ser limitada en tamaño y en el tiempo, así como orientarse hacia los sectores verdaderamente vulnerables permaneciendo neutral en términos de precios relativos».