El presidente Zapatero logró llegar a un acuerdo con Pasqual Maragall.

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José Luis Rodríguez Zapatero se mostró convencido de que Pasqual Maragall no recurrirá por este asuntos a los tribunales, tal y como había anunciado, aunque ayer rectificó y dijo que no acudiría a los juzgados. Maragall se mostró dispuesto a reflexionar sobre la definición del catalán y el valenciano. El tono calmado de ambos presidentes encontró un gran contraste en las manifestaciones desde Catalunya. Consellers de ERC e ICV tacharon a Zapatero de «cobarde» por ceder, dicen, a presiones del PP y creen que pelear por el reconocimiento del valenciano es «el peor error».

Y a pesar de todo, la reacción de la Generalitat de Catalunya fue airada. Pasqual Maragall aseguró (aunque más tarde rectificó) que recurrirá a los tribunales por esta decisión que, a su juicio, entorpece el reconocimiento del catalán en las instituciones comunitarias.

Rodríguez Zapatero no ve polémica alguna en la decisión de entregar a la UE cuatro volúmenes de la Constitución europea traducida a cuatro lenguas cooficiales. «El Gobierno actuó en estricto cumplimiento de la Constitución y de los Estatutos de autonomía», dijo, por lo que entregó versiones en las lenguas cooficiales de las comunidades autónomas que así consideran a su idioma, es decir, la Comunidad Valenciana, Catalunya, Galicia y Euskadi. El problema surge entre las dos primeras, puesto que el texto es idéntico. «Es una evidencia que se entregaron cuatro textos y tres versiones lingüísticas, puesto que dos de los textos son idénticas desde la primera a la última palabra», explicó Rodríguez Zapatero, que recordó que las lenguas tienen que servir «para entenderse y no para fomentar ningún tipo de enfrentamiento».

Sin embargo, el líder de ERC en el Congreso, Joan Puigcercós, afirmó hoy que su partido «emprenderá las medidas que haya que emprender desde el gobierno de Catalunya», incluso judiciales, contra «crimen lingüístico» del Gobierno central de enviar dos traducciones idénticas de la Constitución Europea en catalán y valenciano.

En cambio, Maragall, por medio de un comunicado, mostró su «predisposición al diálogo y a la reflexión conjunta» con el Gobierno central para alcanzar un acuerdo satisfactorio sobre la definición del catalán y del valenciano como una única lengua. Las palabras de Rodríguez Zapatero, a su juicio, «han dejado claro» que los documentos entregados a la UE son en tres lenguas y elogió la actuación «resolutiva y decidida» del presidente del Gobierno que «ha roto con 25 años de pasividad en el tema del catalán en Europa».