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EFE-BAYONA

En uno de los siete presuntos escondites cuyo registro continúa, fueron halladas unas 50 armas, entre ellas armamento de «guerra», según el Ministerio francés del Interior, además de documentación e «importantes» cantidades de dinero en efectivo.

El análisis de las huellas digitales de la pareja enviadas por la policía francesa a España, confirmó la identificación de «Anboto» y «Mikel Antza».

En una prueba de la «importancia muy alta» de la operación, en palabras del ministro español del Interior, José Antonio Alonso, la juez antiterrorista parisiense especializada en sumarios de ETA, Laurence Le Vert, se personó en la zona.

Entre las armas incautadas había lanzamorteros y lanzagranadas, fusiles de asalto y ametralladoras, amén de una gran cantidad de munición, precisaron fuentes próximas a la investigación.

Unos 150 policías de diversos cuerpos de seguridad franceses participaron en el operativo y se ha desarrollado en las localidades de Saint Pierre d'Irube, Briscous, Hendaya, Aiherre, Salis-de-Bearn, Domezain, Urrugne y Bidarray. La mayor parte de los detenidos son españoles o franceses.

Mientras, en la provincia española de Burgos, era detenido un camionero, sospechoso de haber participado en la reciente colocación de explosivos contra instalaciones eléctricas en España. En el domicilio del camionero, identificado de forma provisional como Pedro María Alcantarilla, en Urrugne, a cinco kilómetros de un paso de montaña fronterizo con España, fue detenida su esposa, Lourdes Urdanpilleta.

La Fiscalía de la Audiencia Nacional de Madrid ha hecho saber que pedirá a Francia la entrega de «Anboto», pero no la de «Antza», ya que la única causa abierta contra él en España es por pertenencia a banda armada, equivalente al delito de asociación de malhechores con fines terroristas castigado en Francia con hasta 10 años de prisión.