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La Dirección General de Instituciones Penitenciarias ha permitido que el ex general de la Guardia Civil Enrique Rodríguez Galindo abandone la cárcel de Ocaña (Toledo) siempre que acepte estar controlado, dado su grave enfermedad cardiovascular y su avanzada edad.

Enrique Rodríguez Galindo, que cumple una condena de 75 años de cárcel en relación con el secuestro y asesinato en 1983 de los presuntos etarras José Antonio Lasa y José Ignacio Zabala, saldrá en los próximos días de la prisión.

Ello siempre que acepte el control que se le impondrá, por el que deberá volver a la cárcel los días y horas que el centro le marque, aunque Instituciones Penitenciarias no considera necesarias medidas de control telemático ya que por su especial implicación en la lucha antiterrorista queda sometido a protección personal permanente mediante escolta policial.

Instituciones Penitenciarias decidió excarcelar al ex general de la Guardia Civil ytrasladarle a su domicilio, donde seguirá cumpliendo condena. Sin embargo, acordó denegarle su progresión a tercer grado penitenciario.

El PNV expresó su sorpresa por la decisión a la vista de los delitos por los que fue condenado por su participación en el «caso Lasa y Zabala». Margarita Uria recordó los «crímenes terribles» imputados a Rodríguez Galindo, que para la diputada vasca, «son las más graves desde la perspectiva del Estado de Derecho». La parlamentaria del PNV mostró su comprensión ante el estado de salud del ex general, pero denunció la desigualdad de trato a presos condenados por delitos menores.

El coordinador general de IU, Gaspar Llamazares, consideró «muy controvertida» la decisión, ya que significaría que una pena muy grave se pudiera «diluir» en un régimen abierto o un segundo grado. Aunque remarcó que «en IU no queremos que nadie se eternice en la cárcel ni que esté en condiciones delicadas de salud», uno de los motivos esgrimidos por los responsables de Ocaña.