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El Índice de Precios de Consumo (IPC) bajó en julio el 0,8 por ciento, lo que redujo la tasa de los siete primeros meses al 1,4 por ciento y la de los últimos doce al 3,4 por ciento, una décima menos que en junio, informó el Instituto Nacional de Estadística. La inflación subyacente -excluida la variación de los precios de los productos energéticos y los alimentos frescos- bajó el uno por ciento y dejó la tasa interanual en el 2,8 por ciento, igual que en junio.

El descenso del IPC, el primero que se produce desde el pasado marzo, fue consecuencia de las rebajas, que hicieron que los precios del vestido y calzado bajasen el 10,7 por ciento y los del menaje el 0,6 por ciento, si bien también se abarataron las comunicaciones (0,2 por ciento) y otros bienes y servicios (0,1 por ciento)

El secretario de Estado de Economía, David Vegara, valoró el descenso del IPC y el mantenimiento de la inflación subyacente pero reconoció que el IPC de final de año estará mas cerca del tres por ciento de lo deseado, al tiempo que descartó la posibilidad de que el Gobierno adopte medidas que alivien a los transportistas del incremento del precio del crudo.

Por el contrario, subieron hoteles, cafés y restaurantes (0,9 por ciento) ocio y cultura (0,7 por ciento), alimentos y bebidas no alcohólicas (0,4 por ciento), vivienda (0,3 por ciento), medicina (0,2 por ciento), y bebidas alcohólicas, tabaco y transporte (0,1 por ciento), mientras que la enseñanza no varió respecto a junio.