La policía inspecciona el artefacto que explotó en San Vicente de la Barquera.

TW
0

La explosión de ambos artefactos no causaron heridos y sólo algún desperfecto material. A las 13.40 horas, en la avenida Miramar de San Vicente de la Barquera (Cantabria), hacía explosión la primera bomba, minutos después de que «Gara» recibiera un aviso de su colocación en nombre de ETA. Afortunadamente no se registró ningún herido. Este explosivo estaba dentro de una tartera de plástico introducida dentro de una bolsa, escondida en un seto del parque municipal. Contenía unos 200 gramos de explosivos y causó escasos daños materiales. La Guardia Civil desalojó y acordonó la zona momentos antes de la deflagración. Sobre las 15.30 horas la Benemérita retiró el cordón de seguridad. Los Tedax investigaban si sólo estalló el multiplicador, dada la escasa potencia de la deflagración registrada. Efectivos del Instituto armado rastrearon con perros adiestrados la zona para la detección de otros explosivos.

El estallido se produjo durante la celebración de la 68 edición del Descenso Internacional del Sella, que congrega a decenas de miles de personas para seguir el recorrido de las piraguas. Entre las personalidades asistentes a esta fiesta se encontraban la ministra de Agricultura, Elena Espinosa. La explosión de los artefactos de ayer constituye la reaparición de las acciones terroristas de ETA después de varios meses, y se produce solo 24 horas después de que el Ministerio del Interior difundiera una lista de seis etarras de los que se sospecha su intención de atentar de forma inmediata en la costa española, si bien las pesquisas se dirigían fundamentalmente a la zona del mediterráneo.

El parque donde estalló la bomba está situado en el centro de San Vicente de la Barquera, rodeado de numerosos bares y restaurantes, a escasos metros del lugar donde cada sábado se celebra el mercadillo semanal. El atentado de ayer eleva a 27 el número acciones terroristas que ha sufrido Cantabria. El mismo individuo que telefoneó a «Gara» realizó otra llamada al diario «La Nueva España», de Oviedo, para anunciar la colocación de un segundo artefacto en la localidad asturiana de Ribadesella, localidad asturiana en la que se celebraba la fiesta de las piraguas y el tradicional descenso del Sella. La bomba de Ribadesella estallaba poco antes de las 13.00 horas, a la altura del número 3 de la calle Ricardo Cangas en una casa abandonada, colindante con el hotel «La Playa», que sufrió desperfectos en uno de sus muros.