El día en que se cumplían 300 años desde la ocupación inglesa de
la Roca, el ministro principal de Gibraltar, Peter Caruana, negó
que los actos conmemorativos celebrados con este motivo puedan
interpretarse como una ofensa a España y afirmó que la opinión del
ministro de Asuntos Exteriores, Miguel Angel Moratinos, apunta «a
la reconciliación» y permite «un margen de maniobra política para
establecer relaciones directas con España». Desde Menorca,
Rodríguez Zapatero reconoció que «a nadie, ni al Gobierno ni a la
inmensa mayoría de la sociedad española, le ha parecido adecuado lo
que hemos visto», en referencia a la participación del ministro
británico de Defensa, Geoff Hoon, en las celebraciones de
Gibraltar.
Recordó que estas celebraciones se programaron antes de su
llegada al poder y recomendó «prudencia, tranquilidad y diálogo»
para resolver un conflicto «histórico» surgido hace 300 años.
«Vamos a darnos un poco de tiempo y de diálogo», añadió Rodríguez
Zapatero.
Por su parte, el ministro principal de Gibraltar opinó que la
celebración del tricentenario, unida a la reciente visita de la
princesa Ana de Inglaterra y a la posterior escala del submarino
«Tireless», no han de entenderse como «desaires ni ánimos de
ofender a nadie».
Al igual que Rodríguez Zapatero, Caruana puntualizó que los
actos estaban convocados desde antes del triunfo electoral del PSOE
y responden al deseo de festejar «la historia de un pueblo, cosa
que es muy normal, muy digna y muy correcta».
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