Letizia Ortiz, la prometida del Príncipe de Asturias, se integró como un miembro más de la Familia Real en el acto de apertura de la VIII Legislatura.

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El Rey llamó ayer en el Parlamento, en su discurso con motivo de la Solemne Apertura de la VIII Legislatura, a la «prudencia» y la «responsabilidad» para adaptar la Constitución, puesto que su revisión requiere el mismo espíritu de consenso de 1978 cuando se redactó. El Monarca, quien hizo un homenaje a las víctimas del 11-M y a sus familias, pidió unidad de todas las fuerzas demócratas en la lucha contra el terrorismo, así como el compromiso de España de renovar los lazos con la UE. La Familia Real al completo presidió el acto en la Cámara, al que asistieron diputados, senadores y altas autoridades del Estado y donde se estrenó en el banco azul el Gobierno de Zapatero. El Jefe del Estado inició su discurso con palabras de «profundo homenaje» a las víctimas del 11-M, señalando que el terrorismo ha intentado quebrar el marco de nuestra convivencia «sembrando la muerte, el sufrimiento y la desgracia». «Sin piedad, niños, jóvenes y mayores han sido víctimas de un terror sin precedentes. Resulta evidente que acabar con el terrorismo tiene que constituir, en esta Legislatura, un objetivo prioritario de las fuerzas democráticas, desde la firmeza del Estado de Derecho».

Abogó por fortalecer una cultura de unidad para luchar contra la «barbarie» terrorista, que dijo conmueve a la sociedad española, además de intensificar la cooperación internacional, especialmente en el ámbito europeo. Por ello pidió renovar el compromiso de España con las construcciones de la nueva UE. Coincidiendo con el repliegue de las tropas militares de Irak, el Rey quiso dedicar un «emocionado recuerdo» a los que entregan su vida al servicio de España en el exterior, especialmente a la admirada actuación de los miembros de las Fuerzas Armadas y Cuerpos de Seguridad. También destacó la amplia participación registrada en las elecciones generales del 14-M, con la incorporación de miles de jóvenes al ejercicio del derecho de voto, «es la mejor prueba del arraigo y vitalidad de nuestra democracia».

«Nuestra democracia es el producto de una Constitución integradora, de 25 años de actitudes constructivas y del trabajo diario de todos por situar a España en mayores niveles de bienestar, contando con el estímulo permanente de la Corona», destacó, recordando que a la Carta Magna se le deben «muchos años de convivencia en libertad». Por ello, advirtió que la reforma de la Constitución debe hacerse desde la prudencia, la responsabilidad y el consenso que hubo en 1978. «Una Constitución que ha representado el punto de partida de una labor permanentemente renovada para modernizar el Estado, y cuyas eventuales adaptaciones, siempre conforme a las reglas y procedimientos que fija para ello, deben acometerse con el mismo espíritu de consenso que permitió alumbrarla», afirmó. Don Juan Carlos hizo hincapié en que en España «hay sitio para todos» y recordó a los diputados y senadores que su labor consistirá en «contribuir con altura de miras a la mejor consecución del interés general» y a la búsqueda del «consenso y entendimiento». El Rey apeló además al «diálogo sincero y la moderación para preservar y fortalecer juntos los pilares esenciales de nues-