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El Partido Popular criticó ayer la decisión del presidente del Gobierno de retirar las tropas españolas de Irak porque es «inmoral» e «insolidaria» y hace de España un país «mucho más vulnerable y débil frente al terrorismo», mientras que el resto de representantes políticos y sociales alabaron la noticia. Para el secretario general del PP, Mariano Rajoy, la medida hace de España «un país poco fiable en el ámbito internacional», es «insolidaria» con los países comprometidos con Irak y deja «a su suerte a los iraquíes».

El presidente de la Generalitat de Catalunya, Pasqual Maragall, consideró que «la decisión de Zapatero es una prueba de coherencia, de rigor y de coraje y una garantía de cambio en España, en Europa y en el mundo», por lo que ha dicho «sentirse orgulloso de pertenecer a la familia socialista».

Además, el líder de la oposición consideró que, en el debate de investidura, Zapatero «no ha dicho la verdad, o por lo menos no toda la verdad, porque nos ha ocultado una decisión que ya tenía tomada» antes de comparecer en el Parlamento y «eludir» todas las preguntas al respecto.

Por contra, las palabras «satisfacción» y «alegría» fueron las más escuchadas de boca de los representantes de los partidos nacionalistas y de izquierdas, que festejaron el anuncio como un triunfo de la voluntad del pueblo español. Así, el portavoz del PSOE, José Blanco, expresó el «apoyo total» a la decisión del presidente del Gobierno ya que responde al compromiso adquirido en la campaña electoral y el debate de investidura.

El secretario general de CiU, Josep Antoni Duran Lleida, también consideró que la decisión «es consecuente con su compromiso electoral» y recordó que, ya en el debate de investidura, dijo que la avalaría y defendería. No obstante, Duran Lleida se mostró sorprendido por «la precipitación» de la retirada y dijo que espera que el Gobierno dé «explicaciones suficientes» del regreso inmediato, en lugar de esperar hasta el 30 de junio.