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El Gobierno de Aznar pretender cerrar la legislatura en 2004 con un Presupuesto del Estado continuista y que, en la línea de los de años anteriores, garantice más prosperidad y un país más seguro. Tras presentar las cuentas públicas en el Congreso, el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, las explicó en rueda de prensa, refiréndose una vez más a las bondades del 'déficit cero' para mantener un crecimiento económico superior a la media de la zona euro y «avanzar hacia el pleno empleo».

Las cuentas públicas para 2004 se basan en un crecimiento del PIB del 3 por ciento, superior en siete décimas al previsto para 2003, como consecuencia de la aceleración de la demanda interna del 3,3 por ciento impulsada por la creación de empleo (300.000 nuevos puestos de trabajo) y la rebaja del IRPF, que se aplicará plenamente en 2004.

Montoro descartó que vaya a deflactarse la tarifa del IRPF, para adaptar así el impuesto a la subida de precios, afirmando que el Ejecutivo prefiere reformar el impuesto o rebajar las retenciones, antes que indiciarlo.

Sobre la distribución del gasto, Montoro destacó que «casi la mitad de cada euro del presupuesto», el 49,4 por ciento, se destinará al gasto social. Dentro del gasto social, destacó que el destinado a pensiones crecerá el 7,1 por ciento, las políticas de fomento del empleo, el 8,8 por ciento, y las becas, el 9 por ciento.

El ministro de Hacienda reiteró que el equilibrio de las cuentas públicas en 2004, por cuarto año consecutivo, es la clave del crecimiento económico. Para conseguir ese 'déficit cero', los gastos no financieros del Estado crecerán tan sólo un 3,9 por ciento en términos homogéneos, aumento inferior al 5,9 por ciento previsto para el PIB nominal.