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El Congreso de los Diputados vivió una muy tensa sesión de control al Gobierno. El presidente del Ejecutivo, José María Aznar, lamentó la muerte de los dos corresponsales en Irak, pero recordó que conocían el alto riesgo de permanecer allí, pero considera de una «terrible dureza y tal vez injusticia» preguntarle si le queda algún cargo de conciencia por ello.

También hubo un serio enfrentamiento entre la oposición y el vicepresidente primero, Mariano Rajoy. Los socialistas exigieron una rectificación al Gobierno («si no rectifican es porque todos ustedes están hechos de piedra», le dijo Leire Pajín a los diputados del PP), y Rajoy respondió criticando el discurso «cínico, sucio, falso y repugnante» del PSOE.

Por su parte, el secretario general del PSOE, José Luis Rodríguez Zapatero, exigió al presidente del Gobierno que pida explicaciones a los EE UU y que sea la ONU quien tome el control de Irak, postura compartida por el coordinador general de IU, Gaspar Llamazares. Aznar le respondió asegurando que la paz y la seguridad no les debe nada a la acción de la oposición.

Al comienzo del pleno, los diputados de IU desplegaron una sola pancarta que abarcaba los ocho bancos con los que cuenta en el Congreso, con el lema «Señor Aznar, pare la masacre. ¿Por qué matan testigos?», y la mantuvieron varios minutos en alto a pesar de las constantes advertencias de la presidenta de la Cámara, Luisa Fernanda Rudi. Desde los bancos del PP se lanzaron gritos de «payasos» contra los diputados de la formación de izquierdas.

En su intervención, el ministro de Defensa, Federico Trillo, aseguró que «no hace falta» poner a las tropas españolas «bajo mandato de Naciones Unidas para desarrollar misiones humanitarias». El ministro citó a renglón seguido la operación 'Libertad Duradera' de lucha contra el terrorismo, que lidera EE UU, para indicar que «tampoco está bajo mandato» de la ONU.