Jordi Pujol, junto a Mas, quien atribuyó la posición del PP a su rechazo a la guerra.

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El 'conseller en cap' de la Generalitat, Artur Mas, advirtió ayer al PP que el apoyo ofrecido para crear en el Parlament una comisión de investigación sobre la polémica de las encuestas supuestamente manipuladas supone una «ruptura en todo orden» en las relaciones entre convergentes y populares, ya que CiU ve «inadmisible» que el PP se sume a la «campaña de erosión que se orquesta contra el Gobierno catalán».

El 'conseller' atribuyó la posición de los populares al rechazo expresado por CiU al conflicto de Irak y a su voluntad de impulsar una reforma del Estatuto de Autonomía, planteamientos que «no modificaremos por muchas presiones que recibamos».

Mas recordó que las «relaciones entre CiU y PP y entre los gobiernos catalán y central estaban ya en una fase muy complicada», pero la votación de ayer «marca un punto de inflexión muy importante». A pesar de ello, la relación se mantendrá hasta finales de la legislatura.

Insistió, en este sentido, en afirmar que «no nos moverán» de la oposición al conflicto bélico que CiU mantiene «por convicciones políticas y éticas», y consideró también «irrenunciable» el proyecto de reforma estatutaria «aunque sabemos que ambos posicionamientos pueden ocasionarnos campañas como ésta».

Mas denunció así que la creación de la citada comisión de investigación responde a una «campaña de erosión contra Generalitat, contra el proyecto de CiU y contra mí como candidato, erosión y desgaste en los que coinciden PP y PSC», que parecen «entenderse muy bien» en esta cuestión. Lamentó también que ambos contaran con el «concurso de ERC, que dice constantemente que con el PP no se puede pactar».